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lunes, 31 de octubre de 2011

Bajo una nueva ley, la Iglesia Adventista de Hungría pierde el estatus legal


La legislación sancionada fue diferente del proyecto mostrado a los grupos religiosos

Bajo una legislación controvertida sancionada el mes pasado, la Iglesia Adventista de Hungría es una de las 344 iglesias cristianas y grupos religiosos que ha perdido su estatus legal y tiene que solicitar nuevamente el registro al Parlamento.

Ócsai Tamás es presidente de la Iglesia Adventista en Hungría. [fotografía de archivo de la TED]
hungary_raafat246.jpg

Solo catorce organizaciones religiosas han conservado su estatus previo bajo la nueva ley, que los defensores de los derechos humanos han definido como "draconiana" y "opresiva".

Ócsai Tamás, presidente de la Iglesia Adventista de Hungría, ha expresado su consternación porque a pesar de las garantías previas dadas por el gobierno, la iglesia ahora tiene que asumir la tarea de solicitar la renovación de su registro.

"Estamos analizando el tema con nuestros feligreses, expertos legales, la División Transeuropea y la Asociación General, y en septiembre tomaremos la decisión sobre cuál es el mejor camino a seguir", dijo Tamás.

"La Iglesia Adventista de Hungría reúne todos los criterios para volver a registrarse bajo la nueva ley", dijo. "Pedimos las oraciones de nuestros hermanos de todo el mundo".

Según Raafat Kamal, director de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista en la División Transeuropea, la legislación aprobada por el Parlamento de Hungría en la madrugada del 11 de julio fue muy diferente a la versión mostrada a los grupos religiosos durante las consultas de mayo y junio.

"El proceso de solicitud se ha politizado", dijo Kamal. "El resultado puede llevar a la discriminación de las minorías religiosas".

John Graz, director de la PARL de la Iglesia Adventista mundial, dice que la nueva ley ha comprometido seriamente la posición de Hungría como país que respeta y protege los derechos humanos básicos.

"Esta ley va en contra de los valores europeos y de los pactos internacionales que protegen la libertad religiosa", dijo Graz. "Instamos respetuosamente a los legisladores de Hungría a que consideren el mensaje que envía esta ley a la comunidad internacional, y que den pasos para proteger a las minorías religiosas".

La legislación, denominada la "Ley sobre el derecho a la libertad de conciencia y religión, y sobre iglesias, religiones y comunidades religiosas", requiere que los grupos religiosos que no forman parte de los catorce "aprobados" pasen por un proceso de solicitud de estatus legal. La nueva ley también hace más estrecha la definición legal de las "actividades religiosas" e impone un número de condiciones rigurosas que tienen que alcanzarse antes de que una organización tenga el derecho de referirse a sí misma como a una "iglesia". La ley entrará en vigencia el 1 de enero de 2012.

La Iglesia Adventista de este país de Europa central tiene más de cien congregaciones y unos cinco mil miembros. Desde que terminó el gobierno comunista en el país en 1989, el interés religioso ha crecido. Hoy día, alrededor del 55 por ciento de la población se identifica como católica.

http://news.adventist.org/es/2011/08/bajo-una-nueva-ley-la-igl.html#.TqmrjW-Blxw.facebook

sábado, 29 de octubre de 2011

Obama: El diálogo interreligioso puede ayudar a “crear un mundo mejor”











Octubre 27 2011

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió un mensaje este jueves a dignatarios religiosos del mundo entero reunidos en Asís (centro de Italia), afirmando que el “diálogo interreligioso” puede ayudar a “crear un mundo mejor para nosotros y nuestros hijos”.

Asis. Italia. EFE.-

“Mediante el diálogo interreligioso, podemos unirnos en una causa común para (…) lograr la paz donde hay conflictos y encontrar el modo de lograr crear un mundo mejor para nosotros y nuestros hijos”, estimó el mandatario.

El mensaje del presidente estadounidense fue dado a conocer por la embajadora que tiene a su cargo la libertad religiosa, Suzan Johnson Cook, quien se encuentra en Asís.

El papa Benedicto XVI y dignatarios religiosos del mundo entero condenaron este jueves en Asís las guerras libradas en nombre de la religión.

Ante musulmanes, hinduistas, budistas y judíos congregados en la basílica de Santa María de los Ángeles de Asís, el Papa criticó duramente el fanatismo religioso, pero también denunció las políticas antirreligiosas, responsables según él de la barbarie.

http://www.mundo.com/ultimas-noticias/obama-el-dialogo-interreligioso-puede-ayudar-a-crear-un-mundo-mejor-29164

Nota:

EGW. Maranata El Señor Viene pág 129
,162

" Cualquier movimiento en favor de la legislación religiosa, es realmente una concesión al papado, que durante tantos siglos ha guerreado constantemente contra la libertad de conciencia.

Si por la legislación el papismo y sus principios vuelven a tener poder se volverán a encender los fuegos de persecusión contra aquellos que no sacrifiquen su conciencia y la verdad a los errores populares. Este mal está a punto de producirse."

"Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imágen a la bestia:" Apoc 13:14

La imágen de la bestia será formada antes de que termine el tiempo de gracia, porque constituirá la gran prueba para que el pueblo de Dios, por medio de la cual se decidirá su destino eterno...

En Apocalipsis 13 se presenta con claridad este asunto: Ví otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad a la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren la primera bestia...

Indica que la autoridad de esta nación será empleada para imponer alguna observancia en homenaje al papado.

La imagen de la bestia representa la forma de protestantismo apóstata que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda del poder civil para la imposición de sus dogmas.

La bestia con cuernos semejante a un cordero representa a los Estados Unidos de América.
La otra bestia se refiere al papado.









viernes, 28 de octubre de 2011

El Asteroide 2005 YU55 pasará cerca de la Tierra el 8 de noviembre


La NASA prepara sus instrumentos para hacer seguimiento cercano del asteroide 2005 YU55, que el 8 de noviembre pasará cerca de la Tierra, a una distancia más cercana que la órbita lunar.
Según recogen varios medios de prensa internacional, 2005 YU55 con sus 400 metros de diámetro, el tamaño de un portaaviones, se aproximará a una distancia de 324 mil 600 kilómetros de la Tierra, informaron expertos de la Administración Nacional para la Aeronáutica y el Espacio (NASA), quienes siguen la evolución del suceso.
La influencia gravitatoria del asteroide no tendrá ningún efecto detectable en la Tierra, incluyendo las mareas o placas tectónicas.

El encuentro de esta roca espacial con la Tierra de este año, es el más cercano en los últimos 200 años.

El 2005 YU55 fue descubierto en el año que lo identifica por astrónomos de la Universidad de Arizona, y se sabe que con regularidad se acerca no solo a la Tierra, también a Venus y Marte.
http://www.rpp.com.pe/2011-10-27-un-asteroide-pasara-cerca-de-la-tierra-el-8-de-noviembre-noticia_416915.html
Noticia relacionada:
http://mensajetresangeles.blogspot.com/2011/11/el-asteroide-2005-yu55-cruzo-el-cielo.html

miércoles, 26 de octubre de 2011

Comienza el Plan para la Reforma del Sistema Financiero Mundial

Propuestas de la Nota del Consejo Pontificio Justicia y Paz

ROMA, lunes 24 octubre 2011 (ZENIT.org).- En su intervención en la rueda de prensa de presentación de la Nota del Consejo Pontificio Justicia y Paz “Por una reforma del sistema financiero internacional en la perspectiva de una Autoridad pública de competencia universal”, el profesor Leonardo Becchetti afirmó que “la crisis financiera global es una oportunidad para reformar la arquitectura del sistema financiero mundial, reforzar la Unione Europea desde el punto de vista de la armonización de las políticas fiscales, procediendo de manera más expeditiva hacia la meta de una unidad política, e aumentar la disciplina de las políticas fiscales nacionales”.
El profesorBecchetti, docente de Economía política en la universidad romana de Tor Vergata, señaló dos caminos por los que avanzar:
El primero, construir un conjunto de reglas de gobernanza global que en lo posible sirvan de marco a la acción de las instituciones globales.
El segundo: reformar el sistema financiero internacional con una serie de propuestas específicas.
Sobre el primer punto, subrayó que “la gobernanza global es urgente y necesaria para superar la asimetría entre la globalización de los mercados globales y las reglas que siguen siendo sobre todo nacionales”.
“La globalización --explicó- nos hace cada vez más interdependientes y hace prácticamente imposible desinteresarse de los problemas de otros países un tiempo lejanos,” e ilustró sobre las consecuencias tipo ‘dominó’ que hubo en el mundo, ya fuera la crisis en Estados Unidos o en la Unión Europea, y sobre factores tales como la amplia posesión de títulos del tesoro estadounidense por parte de China, o de los griegos por parte de los bancos franceses y alemanes”.
Sobre las reglas para los mercados financieros, el profesor Becchetti precisó que “el documento hace propias algunas propuestas ya lanzadas por la ley Dodd-Frank en Estados Unidos, y por la comisión Vickers en el Reino Unido, que todavía no han entrado en vigor por diversas dificultades”.
Según el docente de Economía política el punto fundamental sin embargo es el de “devolver a las finanzas al servicio de la economía real”.
Para hacerlo, es necesario: reducir el apalancamiento de los bancos demasiados grandes para quebrar; adoptar la llamada Volckerrule que impide a los bancos comerciar con los depósitos de los clientes y reglamentar de modo más severo el mercado de los derivados que nacen como instrumentos aseguradores.
Una cuarta propuesta se refiere a la institución de una tasa sobre las transacciones financieras, idea que está ganando un vasto consenso.
Para introducir tal tasa existen sin embargo cuatro objeciones principales.
El docente de la universidad de Roma-Tor Vegata informó sobre los argumentos de quienes se oponen a la tasa sobre las transacciones financieras porque: “no se puede imponer si no es a nivel global; no habría ingresos por la fuga de capitales; la tasa aumenta significativamente el coste del capital; la tasa reduce la liquidez de los mercados”.
Según el profesor Becchetti tales argumentos son “falsos o infundados o por la evidencia de los hechos (los primeros dos), o por la falta de pruebas (los otros dos)”.
Una tasa sobre las transacciones financieras –concluyó el docente universitario- “puede ser una etapa importante en el reequilibrio de las relaciones entre instituciones y finanzas, y la recuperación de aquella confianza por parte de la sociedad civil hacia las instituciones financieras de la que tenemos urgente necesidad”.
http://www.zenit.org/article-40754?l=spanish

Europa: La crisis financiera y el futuro de la integración

Asamblea plenaria de las conferencias episcopales de la Unión

BRUSELAS, martes 25 octubre 2011 (ZENIT.org).- Este miércoles 26 y hasta el viernes 28 de octubre, se reúne la Asamblea plenaria de otoño de la Comisión de los Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), en Bruselas. Veintitrésobispos miembros de la COMECE estarán presentes. El tema principal de la Asamblea plenaria será “la crisis financiera y el futuro de la integración europea”.
Por España, asistirá el obispo de Almería Adolfo González Montes junto alresto de los prelados delegados por las conferencias episcopales de los estados miembros de la Unión Europea.
En su itinerario de estudio, la COMECE recoge el debate sobre el proceso político de la Unión Europea, informa y conciencia a la Iglesia sobre los desarrollos de la legislación y de las políticas europeas, además de animar la reflexión, basada en la Doctrina Social de la Iglesia, sobre los desafíos que plantea la construcción de una Europa Unida.
En esta Asamblea, los obispos europeos analizarán las razones económicas y políticas de la crisis de la deuda en Europa, así como los instrumentos adoptados para afrontar la crisis.
Reflexionarán también sobre la “confianza” como factor crucial para resolver la crisis en un contexto político, económico y societario.
Intervendrán sobre el tema principal del encuentro: Peter Wagner, jefe de la unidad Task Force para Grecia de la Comisión Europea; Lans Bovenberg, de la universidad de Tilburg, Países Bajos; Emmanuel van der Mensbrugghe, director de la Oficina para Europa del Fondo Monetario Internacional (FMI); Jean-Pierre Jouyet, presidente de la Autoridad de los mercados financieros de Francia.
La sesión de apertura será el miércoles 26 de octubre. Se iniciará el tema principal del encuentro “Crisis financiera y el futuro de la integración europea”. Peter Wagner expondrá la “Misión y primeras experiencias de la nueva Task Force para Grecia”. Las Vísperas estarán presididas por monseñor Kratz.
El jueves 27 de octubre, tras la eucaristía presidida por monseñorAmbrosio, en la capilla de la Resurrección, el profesor Lans Bovenberg afrontará el tema “Las razones económicas y políticas de la crisis de la deuda en Europa”. El doctor Emmanuel van der Mensbrugghe hablará sobre “Los instrumentos adoptados para afrontar la crisis. Perspectiva del FMI”. Jean-Pierre Jouyet abordará “La 'confianza'-¿Factor crucial para resolver la crisis? El factor psicológico de la crisis en el medio político, económico y societario”.
Tras un debate, se estudiará el tema “Economía social de mercado europea-Una declaración de los obispos de la COMECE”. Intervendrá monseñor Aldo Giordano, observador permanente de la Santa Sede ante el Consejo de Europa. Se expondrán también las inicitivas y actividades del Secretariado de la COMECE.
El viernes 28 de octubre, tras la eucaristía, presidida por monseñor Stankevics, en la capilla de san Benito y santa Teresa Benedicta de la COMECE, seguirá el tema anterior y un informe de las actividades del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CC.EE.) por monseñor Duarte da Cunha, secretario general de este consejo.
http://www.zenit.org/article-40755?l=spanish


Cuál es el Origen de la Crisis?

La crisis, consecuencia de la pérdida de dignidad del hombre

La respuesta a la crisis económica: “Humanae Vitae” y “Populorum progressio”

ROMA, martes 12 de julio de 2011 (ZENIT.org).- En el origen de la crisis económica mundial hay una evolución negativa sobre la concepción de la dignidad del hombre: del hombre centro de la creación, progresivamente al hombre productor, consumidor, al cáncer de la sociedad, hombre inútil y costoso, como los ancianos.
Esta es una de las reflexiones que surgieron sobre el tema “Consecuencia de la crisis económica” que se realizó el miércoles 6 de julio, en la embajada de Italia junto a la Santa Sede.
Intervinieron el profesor Gotti Tedeschi, presidente del IOR (Instituto de las Obras de Religión); el vicepresidente de la Cámara de Diputados de Italia, Maurizio Lupi; el administrador en Italia de la Santander Private Banking, Stefano Boccadoro; y el embajador de Italia ante la Santa Sede, Francesco Maria Greco.
El presidente del IOR sugirió lo que se puede leer en las entrelíneas de la encíclica Caritas in Veritate. “Benedicto XVI nos dice que no tenemos que darle la culpa a los instrumentos cuando en realidad somos nosotros que los usamos mal. No son los instrumentos los que deben cambiar, sino el hombre. La medicina, la economía, etc. son instrumentos, lo que los vuelve éticos o menos es cómo los usa el hombre”.
El banquero italiano indicó que en la introducción de la encíclica, Benedicto XVI explica que el origen de la crisis está en nihilismo dominante y en la perdida progresiva de los valores, y en no haber tomado en cuenta dos encíclicas anteriores.
Es decir, “en el origen de esta crisis está no haber respetado enteramente la vida y dignidad del hombre (la Humanae Vitae) y el tipo de progreso que el hombre debe seguir, un progreso ideal (la Populorum Progressio)”.
Y criticó el actual progreso consumista y el de los últimos 30 años y peor aún gracias al endeudamiento. Por lo tanto se ha ignorado –dijo- el hombre y su dignidad y se ha llevado a cabo un progreso solamente material.
Gotti Tedeschi consideró que la crisis nace de la paulatina perdida de conciencia de la dignidad de la persona humana, lo que al final de cuentas se reduce en un problema: “si el hombre es hijo de Dios o es la evolución de una bacteria. Y si el fin justifica los medios y, en consecuencia, la vida no tiene sentido. La diferencia está en que, en la visión laicista, la vida no tiene un sentido sobrenatural”.
http://www.zenit.org/article-39900?l=spanish

POR UNA REFORMA DEL SISTEMA FINANCIERO Y MONETARIO INTERNACIONAL
EN LA PERSPECTIVA DE UNA AUTORIDAD PÚBLICA CON COMPETENCIA UNIVERSAL
Premisa
Toda persona individualmente, toda comunidad de personas, es partícipe y responsable de la promoción del bien común. Fieles a su vocación de naturaleza ética y religiosa, las comunidades de creyentes deben en primer lugar preguntarse si los medios de los que dispone la familia humana para la realización del bien común mundial son los más adecuados. La Iglesia, por su parte, está llamada a estimular en todos, indistintamente, «el deseo de participar en el conjunto ingente de esfuerzos realizados [por los hombres] a lo largo de los siglos para lograr mejores condiciones de vida, respondiendo [así] a la voluntad de Dios».
1. Desarrollo económico y desigualdades.
La grave crisis económica y financiera, que hoy atraviesa el mundo, encuentra su origen en múltiples causas. Sobre la pluralidad y sobre el peso de estas causas persisten opiniones diversas: algunos subrayan, ante todo, los errores inherentes a las políticas económicas y financieras; otros insisten sobre las debilidades estructurales de las instituciones políticas, económicas y financieras; otros, en fin, las atribuyen a fallas de naturaleza ética, presentes en todos los niveles, en el marco de una economía mundial cada vez más dominada por el utilitarismo y el materialismo. En los distintos estadios de desarrollo de la crisis se encuentra siempre una combinación de errores técnicos y de responsabilidades morales.
En el caso del intercambio de bienes materiales y de servicios, son la naturaleza, la capacidad productiva y el trabajo en sus múltiples formas, quienes ponen un límite a la cantidad, determinando un conjunto de costes y de precios que permite, bajo ciertas condiciones, una asignación eficiente de los recursos disponibles.
Pero en materia monetaria y financiera, las dinámicas son distintas. En los últimos decenios, han sido los bancos los que han extendido el crédito, el cual ha generado moneda, lo cual a su vez ha exigido una ulterior expansión del crédito. El sistema económico ha sido impulsado en tal modo, hacia una espiral inflacionista que, inevitablemente, ha encontrado un límite en el riesgo sostenible para los institutos de crédito, sometidos a un ulterior peligro de quiebra, con consecuencias negativas para todo el sistema económico y financiero.
Después de la Segunda Guerra Mundial, las economías nacionales progresaron, aunque con enormes sacrificios de millones e incluso de miles de millones de personas que habían otorgado su confianza con su comportamiento de productores y empresarios, por un lado, y de ahorradores y consumidores, por el otro, hasta llegar a un progresivo y regular desarrollo de la moneda y de las finanzas, en conformidad con las potencialidades de crecimiento real de la economía.
A partir de los años noventa del pasado siglo, se descubre en cambio como la moneda y los títulos de crédito a nivel global aumentaron mucho más rápidamente que la producción del rédito, incluso a precios corrientes. Se derivó, por consiguiente, en la formación bolsas excesivas de liquidez y burbujas especulativas que luego se transformaron en crisis de solvencia y de confianza que se han propagado y subseguido en el transcurso de los años.
Una primera crisis se verificó en los años setenta hasta principios de los ochenta, debido a los precios del petróleo. Posteriormente se verificaron una serie de crisis en varios Países en vías de desarrollo. Baste pensar en la primera crisis de México en los años ochenta, o en las de Brasil, Rusia y Corea; y luego nuevamente en México en los años noventa, en Tailandia y en Argentina.
La burbuja especulativa sobre los inmuebles y la reciente crisis financiera tienen el mismo origen: la excesiva cantidad de moneda y de instrumentos financieros a nivel global.
Mientras las crisis en los Países en vías de desarrollo, que han estado a punto de involucrar el sistema monetario y financiero global, han sido contenidas con formas de intervención por parte de los países más desarrollados, la crisis que ha estallado en el año 2008, se ha caracterizado por un elemento decisivo y disruptivo respecto a las precedentes. Se ha originado en el contexto de Estados Unidos, una de las áreas más relevantes para la economía y las finanzas mundiales, involucrando la moneda a la que se remiten todavía la gran mayoría de los intercambios internacionales.
Una orientación de tipo liberal – reticente respecto a las intervenciones públicas en los mercados – ha propiciado la quiebra de un importante instituto internacional, imaginando de este modo, delimitar la crisis y sus efectos. Se ha derivado, desafortunadamente, una propagación de la desconfianza que ha impulsado a mutar repentinamente de actitud, estimulando intervenciones públicas de diverso tipo, de enorme alcance (el 20% del producto nacional) a fin de contener las consecuencias negativas que hubieran afectado todo el sistema financiero internacional.
Las consecuencias sobre la denominada «economía real», pasando s través de las graves dificultades de algunos sectores – en primer lugar el de la construcción – y con la difusión de expectativas desfavorables, han generado una tendencia negativa de la producción y del comercio internacional, con graves repercusiones en la ocupación, y con efectos que probablemente aun no han agotado su alcance. El costo para millones, e incluso miles de millones de personas, en los Países desarrollados, pero sobre todo también en aquellos en vías de desarrollo, es inmenso.
En Países y áreas donde se carece todavía de los bienes más elementales como la salud, la alimentación y la protección contra la intemperie, más de mil millones de personas se ven obligadas a sobrevivir con unos ingresos medios de poco más de un dólar diario.
El bienestar económico global, medido en primer lugar por la producción de renta, y también por la difusión de las capabilities, se ha acrecentado, en el curso de la segunda mitad del siglo XX, en una medida y con una rapidez antes jamás experimentado en la historia del género humano.
Pero también han aumentado enormemente las desigualdades en varios Países y entre ellos. Mientras que algunos Países y áreas económicas, las más industrializadas y desarrolladas, han visto crecer notablemente la producción de la renta, otros Países han sido excluidos, de hecho, del progreso generalizado de la economía, e incluso han empeorado en su situación.
Los peligros de una situación de desarrollo económico, concebido en términos de liberalismo, han sido denunciados lúcida y proféticamente por Pablo VI – a causa de las nefastas consecuencias sobre los equilibrios mundiales y la paz – ya en 1967, después del Concilio Vaticano II, con la Encíclica Populorum progressio. El Pontífice indicó, como condiciones imprescindibles para la promoción de un auténtico desarrollo, la defensa de la vida y la promoción del progreso cultural y moral de las personas. Sobre tales fundamentos, Pablo VI afirmaba que el desarrollo plenario y planetario «es el nuevo nombre de la paz».
A cuarenta años de distancia, en el año 2007, el Fondo Monetario Internacional reconocía, en su Informe anual, la estrecha conexión por una parte de un proceso de globalización que no ha sido gobernado adecuadamente, y las fuertes desigualdades a nivel mundial por el otro. Hoy los modernos medios de comunicación hacen evidentes a todos los pueblos, ricos y pobres, las desigualdades económicas, sociales y culturales que se han producido a nivel global, creando tensiones e imponentes movimientos migratorios.
Más aún, se ha de reafirmar que el proceso de globalización, con sus aspectos positivos está a la base del grande desarrollo de la economía mundial del siglo XX. Vale la pena recordar que, entre el 1900 y el 2000, la población mundial casi se cuadruplicó y que la riqueza producida a nivel mundial creció en modo mucho más rápido de manera que los ingresos medios per cápita aumentaron fuertemente. A la vez, sin embargo, no ha aumentado la equitativa distribución de la riqueza; sino que en muchos casos ha empeorado.
¿Pero qué es lo que ha impulsado al mundo en esta dirección extremadamente problemática incluso para la paz?
Ante todo, un liberalismo económico sin reglas y sin supervisión. Se trata de una ideología, de una forma de «apriorismo económico», que pretende tomar de la teoría las leyes del funcionamiento del mercado y las denominadas leyes del desarrollo capitalista, exagerando algunos de sus aspectos. Una ideología económica que establezca a priori las leyes del funcionamiento del mercado y del desarrollo económico, sin confrontarse con la realidad, corre el peligro de convertirse en un instrumento subordinado a los intereses de los Países que ya gozan, de hecho, de una posición de mayores ventajas económicas y financieras.
Reglas y controles, si bien de manera imperfecta, con frecuencia están presentes a nivel nacional y regional; sin embargo a nivel internacional, dichas reglas y controles se realizan y se consolidan con dificultad.
A la base de las disparidades y de las distorsiones del desarrollo capitalista, se encuentra en gran parte, además de la ideología del liberalismo económico, la ideología utilitarista, es decir la impostación teórico-práctica según la cual «lo que es útil para el individuo conduce al bien de la comunidad». Es necesario notar que una «máxima» semejante, contiene un fondo de verdad, pero no se puede ignorar que no siempre lo que es útil individualmente, aunque sea legítimo, favorece el bien común. En más de una ocasión es necesario un espíritu de solidaridad que trascienda la utilidad personal por el bien de la comunidad.
En los años veinte del siglo pasado, algunos economistas ya habían puesto en guardia para que no se diera crédito excesivamente, en ausencia de reglas y controles, a esas teorías, que hoy se han transformado en ideologías y praxis dominantes a nivel internacional.
Un efecto devastante de estas ideologías, sobre todo en las últimas décadas del siglo pasado y en los primeros años del nuevo siglo, ha sido la explosión de la crisis, en la que aún se encuentra sumergido el mundo.
Benedicto XVI, en su encíclica social, ha individuado de manera precisa la raíz de una crisis que no es solamente de naturaleza económica y financiera, sino antes de todo, es de tipo moral, además de ideológica. La economía, en efecto – observa el Pontífice – tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento, no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona. El Papa ha denunciado, a continuación, el papel desempeñado por el utilitarismo y por el individualismo, así como las responsabilidades de quienes los han asumido y difundido como parámetro para el comportamiento óptimo de aquellos – operadores económicos y políticos – que actúan e interactúan en el contexto social. Pero Benedicto XVI ha también descubierto y denunciado una nueva ideología, la «ideología de la tecnocracia».
2. El rol de la técnica y el desafío ético.
El enorme desarrollo económico y social del siglo pasado, ciertamente luego con sus luces, pero también con sus graves aspectos de sombra, se debe, en gran parte, al continuado desarrollo de la técnica y, en las décadas más recientes, a los progresos de la informática y a sus aplicaciones, a la economía y, en primer lugar, a las finanzas.
Para interpretar con lucidez la actual nueva cuestión social, es necesario evitar el error, hijo también de la ideología neoliberal, de considerar que los problemas por afrontar son de orden exclusivamente técnico. En cuanto tales, escaparían a la necesidad de un discernimiento y de una valoración de tipo ético. Pues bien, la encíclica de Benedicto XVI pone en guardia contra los peligros de la ideología de la tecnocracia, es decir de aquella absolutización de la técnica que «tiende a producir una incapacidad de percibir todo aquello que no se explica con la pura materia» y a minimizar el valor de las decisiones del individuo humano concreto que actúa en el sistema económico-financiero, reduciéndolas a meras variables técnicas. La cerrazón a un «más allá», comprendido como algo más, respecto a la técnica, no sólo hace imposible el encontrar soluciones adecuadas para los problemas, sino que empobrece cada vez más, a nivel material y moral, a las principales víctimas de la crisis.
También en el contexto de la complejidad de los fenómenos, la relevancia de los factores éticos y culturales no puede, por lo tanto ser desatendida ni subestimada. La crisis, en efecto, ha revelado comportamientos de egoísmo, de codicia colectiva y de acaparamiento de los bienes a grande escala. Nadie puede resignarse a ver al hombre vivir como «un lobo para el otro hombre», según la concepción evidenciada por Hobbes. Nadie, en conciencia, puede aceptar el desarrollo de algunos Países en perjuicio de otros. Si no se pone remedio a las diversas formas de injusticia, los efectos negativos que se producirán a nivel social, político y económico estarán destinados a originar un clima de hostilidad creciente, e incluso de violencia, hasta minar las bases mismas de las instituciones democráticas, aún de aquellas consideradas más sólidas.
Por el reconocimiento de la primacía del ser respecto al del tener, de la ética respecto a la economía, los pueblos de la tierra deberían asumir, como alma de su acción, una ética de la solidaridad, abandonando toda forma de mezquino egoísmo, abrazando la lógica del bien común mundial que trasciende el mero interés contingente y particular. Deberían, en fin de cuentas, mantener vivo el sentido de pertenencia a la familia humana en nombre de la común dignidad de todos los seres humanos: «por encima de la lógica de los intercambios a base de los parámetros y de sus formas justas, existe algo que es debido al hombre porque es hombre, en virtud de su eminente dignidad».
Ya en 1991, después del fracaso del colectivismo marxista, el Beato Juan Pablo II había puesto en guardia contra el peligro de «una idolatría del mercado, que ignora la existencia de bienes que, por su naturaleza, no son ni pueden ser simples mercancías». Es preciso, hoy sin demora acoger su amonestación y tomar un camino más en sintonía con la dignidad y con la vocación trascendente de la persona y de la familia humana.
3. El gobierno de la globalización.
En el camino hacia la construcción de una familia humana más fraterna y más justa y, aún antes, de un nuevo humanismo abierto a la trascendencia, se presenta particularmente actual la enseñanza del Beato Juan XXIII. En la profética Carta encíclica Pacem in terris del 1963, él advertía ya que el mundo se estaba dirigiendo hacia una unificación cada vez mayor. Tomaba pues conciencia, del hecho que en la comunidad humana, había disminuido la correspondencia entre la organización política a nivel mundial y las exigencias objetivas del bien común universal. Por consiguiente, auguraba fuera creada un día, una «Autoridad pública mundial».
Ante la unificación del mundo, propiciada por el complejo fenómeno de la globalización; ante la importancia de garantizar, además de los otros bienes colectivos, el bien representado por un sistema económico-financiero mundial libre, estable y al servicio de la economía real, la enseñanza de la Pacem in terris se presenta, hoy en día, aún más vital y digna de urgente concretización.
El mismo Benedicto XVI, en el surco trazado por la Pacem in terris, ha expresado la necesidad de constituir una Autoridad política mundial. Dicha necesidad se presenta además evidente, si se piensa que la agenda de cuestiones a tratar a nivel global se hace cada vez más amplia. Piénsese, por ejemplo, en la paz y la seguridad; en el desarme y el control de armamentos; en la promoción y la tutela de los derechos humanos fundamentales; en el gobierno de la economía y en las políticas de desarrollo; en la gestión de los flujos migratorios y en la seguridad alimentaria; en la tutela del medio ambiente. En todos esos campos, resulta cada vez más evidente la creciente interdependencia entre los Estados y las regiones del mundo, y la necesidad de respuestas, no sólo sectoriales y aisladas, sino sistemáticas e integradas, inspiradas por la solidaridad y por la subsidiaridad, y orientadas hacia el bien común universal.
Como lo recuerda Benedicto XVI, si no se sigue ese camino, también «el derecho internacional, no obstante los grandes progresos alcanzados en los diversos campos, correría el riesgo de estar condicionado por los equilibrios de poder entre los más fuertes».
La finalidad de la Autoridad pública, recordaba ya Juan XXIII en la Pacem in terris, es, ante todo, la de servir al bien común. Dicha Autoridad, por tanto, debe dotarse de estructuras y mecanismos adecuados, eficaces, es decir, a la altura de la propia misión y de las expectativas que en ella se ponen. Esto es particularmente verdadero al interno de un mundo globalizado, que hace a las personas y a los pueblos permanecer cada vez más interconectados e interdependientes, pero que muestra también el peso del egoísmo y de los intereses sectoriales, entre los cuales la existencia de mercados monetarios y financieros de carácter prevalentemente especulativo, perjudiciales para la «economía real», en especial de los Países más débiles.
Es este un proceso complejo y delicado. Tal Autoridad supranacional debe, en efecto, poseer una impostación realista y ha de ponerse en práctica gradualmente, para favorecer también la existencia de sistemas monetarios y financieros eficientes y eficaces, es decir, mercados libres y estables, disciplinados por un marco jurídico adecuado, funcionales en orden al desarrollo sostenible y al progreso social de todos, e inspirados por los valores de la caridad y de la verdad. Se trata de una Autoridad con un horizonte planetario, que no puede ser impuesta por la fuerza, sino que debería ser la expresión de un acuerdo libre y compartido, más allá de las exigencias permanentes e históricas del bien común mundial, y no fruto de coerciones o de violencias. Debería surgir de un proceso de maduración progresiva de las conciencias y de las libertades, así como del conocimiento de las crecientes responsabilidades. No pueden, en consecuencia, ser desatendidos considerandos superfluos, elementos como la confianza recíproca, la autonomía y la participación. El consenso debe involucrar, un número cada vez mayor de Países que se adhieren por convicción, mediante ese diálogo sincero que no margina, sino más aún que valora las opiniones minoritarias. La Autoridad mundial debería, pues, involucrar coherentemente a todos los pueblos en una colaboración a la que están llamados a contribuir con el patrimonio de sus propias virtudes y civilizaciones.
La constitución de una Autoridad política mundial debería estar precedida por una fase preliminar de concertación, de la que emergerá una institución legitimada, capaz de proporcionar una guía eficaz y, al mismo tiempo, de permitir que cada País exprese y procure el propio bien particular. El ejercicio de una Autoridad semejante, puesta al servicio del bien de todos y de cada uno, será necesariamente super partes, es decir, por encima de toda visión parcial y de todo bien particular, en vistas a la realización del bien común. Sus decisiones no deberán ser el resultado del pre-poder de los Países más desarrollados sobre los Países más débiles. Deberán, en cambio, ser asumidas que asumirlas, en el interés de todos y no sólo en ventaja de algunos grupos formados por lobbies privadas o por Gobiernos nacionales.
Una institución supranacional, expresión de una «comunidad de las Naciones», no podrá por otra parte, durar por mucho tiempo, si las diversidades de los Países, a nivel de las culturas, de los recursos materiales e inmateriales, y de las condiciones históricas y geográficas, no son reconocidas y plenamente respetadas. La ausencia de un consenso convencido, alimentado por una incesante comunión moral de la comunidad mundial, debilitaría la eficacia de la correspondiente Autoridad.
Lo que vale a nivel nacional vale también a nivel mundial. La persona no está hecha para servir incondicionalmente a la Autoridad, cuya tarea es la de ponerse al servicio de la persona misma, en coherencia con el valor preeminente de la dignidad del ser humano. Del mismo modo, los Gobiernos no deben servir incondicionalmente a la Autoridad mundial. Esta última, ante todo debe ponerse al servicio de los diversos Países miembros, de acuerdo al principio de subsidiaridad, creando, entre otras, las condiciones socioeconómicas, políticas y jurídicas indispensables también para la existencia de mercados eficientes y eficaces, que no estén hiperprotegidos por políticas nacionales paternalistas, ni debilitados por déficit sistemáticos de las finanzas públicas y de los Productos nacionales que, de hecho, impiden a los mercados operar en un contexto mundial como instituciones abiertas y competitivas.
En la tradición del Magisterio de la Iglesia, retomada con vigor por Benedicto XVI, el principio de subsidiaridad debe regular las relaciones entre el Estado y las comunidades locales, entre las Instituciones públicas y las Instituciones privadas, sin excluir aquellas monetarias y financieras. Así, en un nivel ulterior, debe regir las relaciones entre una eventual, futura Autoridad pública mundial y las instituciones regionales y nacionales. Tal principio es en garantía tanto la legitimidad democrática, como la eficacia de las decisiones de quienes están llamados a tomarlas. Permite respetar la libertad de las personas y de las comunidades de personas y, al mismo tiempo, responsabilizarlas respecto de los objetivos y de los deberes que les competen.
Según la lógica de la subsidiaridad, la Autoridad superior ofrece su subsidium, es decir su ayuda, cuando la persona y los actores sociales y financieros son intrínsecamente inadecuados o no logran hacer por sí mismos lo que les es requerido. Gracias al principio de solidaridad, se construye una relación durable y fecunda entre la sociedad civil planetaria y una Autoridad pública mundial, cuando los Estados, los cuerpos intermedios, las diversas sociedades – incluidas aquellas económicas y financieras – y los ciudadanos toman las decisiones dentro de la prospectiva del bien común mundial, que trasciende el nacional.
«El gobierno de la globalización» - se lee en la Caritas in veritate - «debe ser de tipo subsidiario, articulado en múltiples niveles y planos diversos, que colaboren recíprocamente». Sólo así se puede evitar el riesgo del aislamiento burocrático de la Autoridad central, que correría el peligro de la deslegitimación de una separación demasiado grande de las realidades sobre las cuales se funda, y podría fácilmente caer en tentaciones paternalistas, tecnocráticas, o hegemónicas.
Sin embargo permanece aún un largo camino por recorrer antes de llegar a la constitución de una tal Autoridad pública con competencia universal. La lógica desearía que el proceso de reforma se desarrollase teniendo como punto de referencia la Organización de las Naciones Unidas, en razón de la amplitud mundial de sus responsabilidades, de su capacidad de reunir las Naciones de la tierra, y de la diversidad de sus propias tareas y de las de sus Agencias especializadas. El fruto de tales reformas debería ser una mayor capacidad de adopción de políticas y opciones vinculantes, por estar orientadas a la realización del bien común a nivel local, regional y mundial. Entre las políticas aparecen como más urgentes aquellas relativas a la justicia social global: políticas financieras y monetarias que no dañen los Países más débiles; políticas dirigida a la realización de mercados libres y estables y una distribución ecua de la riqueza mundial incluso mediante formas inéditas de solidaridad fiscal global, de la cual se referirá más adelante.
En el proceso de la constitución de una Autoridad política mundial no se pueden desvincular las cuestiones de governance (es decir, de un sistema de simple coordinación horizontal sin una Autoridad super partes), de aquellas de un shared government (es decir de un sistema que, además de la coordinación horizontal, establezca una Autoridad super partes) funcional y proporcionado al gradual desarrollo de una sociedad política mundial. La constitución de una Autoridad política mundial no podrá ser lograda sin una práctica previa de multilateralismo, no sólo a nivel diplomático, sino también y principalmente en el ámbito de los programas para el desarrollo sostenible y para la paz. No se puede llegar a un Gobierno mundial si no es dando una expresión política a interdependencias y cooperaciones preexistentes.
4. Hacia una reforma del sistema financiero y monetario internacional que responda a las exigencias de todos los Pueblos.
En materia económica y financiera, las dificultades más relevantes se derivan de la carencia de un eficaz conjunto de estructuras capaces de garantizar, además de un sistema de governance, un sistema de government de la economía y de las finanzas internacionales.
¿Qué se puede decir de esta prospectiva? ¿Cuáles son los pasos que se deben desarrollar concretamente?
Con referencia al actual sistema económico y financiero mundial, se deben subrayar dos elementos determinantes: el primero es la gradual disminución de la eficiencia de las instituciones de Bretton Woods, desde los inicios de los años Setenta. En particular, el Fondo Monetario Internacional ha perdido un carácter esencial para la estabilidad de las finanzas mundiales, es decir, el de reglamentar la creación global de moneda y de velar sobre el monto de riesgo del crédito asumido por el sistema. En definitiva, ya no se dispone más de ese «bien público universal» que es la estabilidad del sistema monetario mundial.
El segundo factor es la necesidad de un corpus mínimo compartido de reglas necesarias para la gestión del mercado financiero global, que ha crecido mucho más rápidamente que la «economía real» habiéndose velozmente desarrollado, por efecto de un lado, de la abrogación generalizada de los controles sobre los movimientos de capitales y de la tendencia a la desreglamentación de las actividades bancarias y financieras; y, por el otro, con los progresos de la técnica financiera favorecidos por los instrumentos informáticos.
En el plano estructural, en la última parte del siglo anterior, la moneda y las actividades financieras a nivel global crecieron mucho más rápidamente que las producciones de bienes y servicios. En dicho contexto, la cualidad del crédito ha tendido a disminuir, hasta exponer a los institutos de crédito a un riesgo mayor de aquel razonablemente sostenible. Baste observar lo acaecido a los grandes y pequeños institutos de crédito en el contexto de las crisis que se manifestaron en los años ochenta y noventa del siglo anterior y, en fin, en la crisis de 2008.
Aún en la última parte del siglo anterior, se desarrolló la tendencia a definir las orientaciones estratégicas de la política económica y financiera al interno de clubes y de grupos más o menos amplios de los Países más desarrollados. Sin negar los aspectos positivos de este enfoque, no se puede dejar de notar que así, no parece respetarse plenamente el principio representativo, en particular de los Países menos desarrollados o emergentes.
La necesidad de tener en cuenta la voz de un mayor número de Países ha conducido, por ejemplo, a la ampliación de dichos grupos, pasando así del G7 al G20. Ha sido, ésta, una evolución positiva, en cuanto ha consentido involucrar, en las orientaciones para la economía y las finanzas globales, la responsabilidad de Países con una población más elevada, en vías de desarrollo y emergentes.
En el ámbito del G20 pueden, por lo tanto, madurar directrices concretas que, oportunamente elaboradas en las apropiadas sedes técnicas, podrán orientar los órganos competentes a nivel nacional y regional en la consolidación de las instituciones existentes y en la creación de nuevas instituciones con apropiados y eficaces instrumentos a nivel internacional.
Los líderes mismos del G20 afirman en la Declaración final de Pittsburgh de 2009 que «la crisis económica demuestra la importancia de comenzar una nueva era de la economía global basada en la responsabilidad». A fin de hacer frente a la crisis y abrir una nueva era «de la responsabilidad», además de las medidas de tipo técnico y de corto plazo, los leaders proponen una «reforma de la arquitectura global para afrontar las exigencias del siglo XXI»; y por tanto además «un marco que permita definir las políticas y las medidas comunes con el objeto de producir un desarrollo global sólido, sostenible y equilibrado».
Es preciso por tanto, dar inicio a un proceso de profunda reflexión y de reformas, recorriendo vías creativas y realistas, que tiendan a valorizar los aspectos positivos de las instituciones y de los fora ya existentes.
Una atención específica debería reservarse a la reforma del sistema monetario internacional y, en particular, al empeño para dar vida a una cierta forma de control monetario global, desde luego ya implícita en los Estudios del Fondo Monetario Internacional. Es evidente que, en cierta medida, esto equivale a poner en discusión los sistemas de cambio existentes, para encontrar modos eficaces de coordinación y supervisión. Se trata de un proceso que debe involucrar también a los Países emergentes y en vías de desarrollo, al momento de definir las etapas de adaptación gradual de los instrumentos existentes.
En el fondo se delinea, en prospectiva, la exigencia de un organismo que desarrolle las funciones de una especie de «Banco central mundial» que regule el flujo y el sistema de los intercambios monetarios, con el mismo criterio que los Bancos centrales nacionales. Es necesario redescubrir la lógica de fondo, de paz, coordinación y prosperidad común, que portaron a los Acuerdos de Bretton Woods, para proveer respuestas adecuadas a las cuestiones actuales. A nivel regional, dicho proceso podría realizarse con valorización de las instituciones existentes como, por ejemplo, el Banco Central Europeo. Esto requeriría, sin embargo, no sólo una reflexión a nivel económico y financiero, sino también y ante todo, a nivel político, con miras a la constitución de instituciones públicas correspondientes que garanticen la unidad y la coherencia de las decisiones comunes.
Estas medidas se deberían ser concebidas como unos de los primeros pasos en la prospectiva de una Autoridad pública con competencia universal; como una primera etapa de un más amplio esfuerzo de la comunidad mundial por orientar sus instituciones hacia la realización del bien común. Deberán seguir otras etapas, teniendo en cuenta que las dinámicas que conocemos pueden acentuarse, pero también acompañarse de cambios que hoy día sería en vano tratar de prever.
En dicho proceso, es necesario recuperar la primacía de lo espiritual y de la ética y, con ello, la primacía de la política – responsable del bien común – sobre la economía y las finanzas. Es necesario volver a llevar estas últimas al interno de los confines de su real vocación y de su función, incluida aquella social, en vista de sus evidentes responsabilidades hacia la sociedad, para dar vida a mercados e instituciones financieras que estén efectivamente al servicio de la persona, es decir, que sean capaces de responder a las exigencias del bien común y de la fraternidad universal, trascendiendo toda forma de monótono economicismo y de mercantilismo performativo.
En la base de dicho enfoque de tipo ético, parece pues, oportuno reflexionar, por ejemplo,
a) sobre medidas de imposición fiscal a las transacciones financieras, mediante alícuotas equitativas, pero moduladas con gastos proporcionados a la complejidad de las operaciones, sobre todo de las que se realizan en el mercado «secundario». Dicha imposición sería muy útil para promover el desarrollo global y sostenible, según los principios de la justicia social y de la solidaridad; y podría contribuir a la constitución de una reserva mundial de apoyo a los Países afectados por la crisis, así como al saneamiento de su sistema monetario y financiero;
b) sobre formas de recapitalización de los bancos, incluso con fondos públicos, condicionando el apoyo a comportamientos «virtuosos» y finalizados a desarrollar la «economía real»;
c) sobre la definición de ámbito de actividad del crédito ordinario y del Investment Banking. Tal distinción permitiría una disciplina más eficaz de los «mercados paralelos» privados de controles y de límites.
Un sano realismo requeriría el tiempo necesario para construir amplios consensos, pero el horizonte del bien común universal está siempre presente con sus exigencias ineludibles. Es deseable, por consiguiente, que todos los que, en las Universidades y en los diversos Institutos, llamados a formar las clases dirigentes del mañana, es deseable se dediquen a prepararlas para asumir sus propias responsabilidades de discernir y de servir al bien público global, en un mundo que cambia constantemente. Es necesario resolver la divergencia entre la formación ética y la preparación técnica, evidenciando en modo particular la ineludible sinergia entre los campos de la praxis y de la poiésis.
El mismo esfuerzo es requerido a todos los que están en grado de iluminar la opinión pública mundial, para ayudarla a afrontar este mundo nuevo no ya en la angustia, sino en la esperanza y en la solidaridad.
Conclusiones
En medio de las incertezas actuales, en una sociedad capaz de movilizar medios ingentes, pero cuya reflexión en el campo cultural y moral permanece inadecuada respecto a su utilización en orden a la obtención de fines apropiados, estamos llamados a no rendirnos, y a construir sobre todo, un futuro que tenga sentido para las generaciones venideras. No se ha de temer el proponer cosas nuevas, aunque puedan desestabilizar equilibrios de fuerza preexistentes que dominan a los más débiles. Son una semilla que se arroja en la tierra, que germinará y no tardará en dar frutos.
Como ha exhortado Benedicto XVI, son indispensables personas y operadores, en todos los niveles – social, político, económico y profesional – motivados por el valor de servir y promover el bien común mediante una vida buena. Sólo ellos lograrán vivir y ver más allá de las apariencias de las cosas, percibiendo el desvarío entre lo real existente y lo posible nunca antes experimentado.
Pablo VI ha subrayado la fuerza revolucionaria de la «imaginación prospectiva», capaz de percibir en el presente las posibilidades inscritas en él y de orientar a los seres humanos hacia un futuro nuevo. Liberando la imaginación, la persona humana libera su propia existencia. A través de un compromiso de imaginación comunitaria es posible transformar, no sólo las instituciones, sino también los estilos de vida, y suscitar un futuro mejor para todos los pueblos.
Los Estados modernos, en el transcurso del tiempo, se han transformado en conjuntos estructurados, concentrando la soberanía al interior del propio territorio. Sin embargo las condiciones sociales, culturales y políticas han mutado progresivamente. Ha aumentado su interdependencia – hasta llegar a ser natural el pensar en una comunidad internacional integrada y regida cada vez más por un ordenamiento compartido – pero no ha desaparecido una forma deteriorada de nacionalismo, según el cual el Estado considera poder conseguir de modo autárquico, el bien de sus propios ciudadanos.
Hoy, todo eso parece surreal y anacrónico. Hoy, todas las naciones, pequeñas o grandes, junto con sus Gobiernos, están llamadas a superar dicho «estado de naturaleza» que ve a los Estados en perenne lucha entre sí. No obstante de algunos aspectos negativos, la globalización está unificando en mayor medida a los pueblos, impulsándolos a dirigirse hacia un nuevo «estado de derecho» a nivel supranacional, apoyado por una colaboración más intensa y fecunda. Con una dinámica análoga a la que en el pasado ha puesto fin a la lucha «anárquica», entre clanes y reinos rivales, en orden a la constitución de Estados nacionales, la humanidad hoy, tiene que comprometerse en la transición de una situación de luchas arcaicas entre entidades nacionales, hacia un nuevo modelo de sociedad internacional con mayor cohesión, poliárquica, respetuosa de la identidad de cada pueblo, dentro de las múltiples riquezas de una única humanidad. Este pasaje, que por lo demás tímidamente ya se está en curso, aseguraría a los ciudadanos de todos los Países – cualquiera que sea la dimensión o la fuerza que posee – paz y seguridad, desarrollo, libres mercados, estables y transparentes. «Así como dentro de cada Estado [...] el sistema de la venganza privada y de la represalia ha sido sustituido por el imperio de la ley – advierte Juan Pablo II – «así también es urgente ahora que semejante progreso tenga lugar en la Comunidad internacional».
Los tiempos para concebir instituciones con competencia universal llegan cuando están en juego bienes vitales y compartidos por toda la familia humana, que los Estados, individualmente, no son capaces de promover y proteger por sí solos.
Existen, pues, las condiciones para la superación definitiva de un orden internacional «westfaliano», en el que los Estados perciben la exigencia de la cooperación, pero no asumen la oportunidad de una integración de las respectivas soberanías para el bien común de los pueblos.
Es tarea de las generaciones presentes reconocer y aceptar conscientemente esta nueva dinámica mundial hacia la realización de un bien común universal. Ciertamente, esta transformación se realizará al precio de una transferencia gradual y equilibrada de una parte de las competencias nacionales a una Autoridad mundial y a las Autoridades regionales, pero esto es necesario en un momento en el cual el dinamismo de la sociedad humana y de la economía, y el progreso de la tecnología trascienden las fronteras, que en el mundo globalizado, de hecho están ya erosionadas.
La concepción de una nueva sociedad, la construcción de nuevas instituciones con vocación y competencia universales, son una prerrogativa y un deber de todos, sin distinción alguna. Está en juego el bien común de la humanidad, y el futuro mismo.
En este contexto, para cada cristiano hay una especial llamada del Espíritu a comprometerse con decisión y generosidad, para que las múltiples dinámicas en acto, se dirijan las hacia prospectivas de la fraternidad y del bien común. Se abren inmensas áreas de trabajo para el desarrollo integral de los pueblos y de cada persona. Como afirman los Padres del Concilio Vaticano II, se trata de una misión al mismo tiempo social y espiritual que, «en cuanto puede contribuir a ordenar mejor la sociedad humana, interesa en gran medida al reino de Dios».
En un mundo en vías de una rápida globalización, remitirse a una Autoridad mundial llega a ser el único horizonte compatible con las nuevas realidades de nuestro tiempo y con las necesidades de la especie humana. No ha de ser olvidado, sin embargo, que esta paso, dada la naturaleza herida de los seres humanos, no se realiza sin angustias y sufrimientos.
La Biblia, con el relato de la Torre de Babel (Génesis 11,1-9) advierte cómo la «diversidad» de los pueblos puede transformarse en vehículo de egoísmo e instrumento de división. En la humanidad está muy presente el riesgo de que los pueblos terminen por no comprenderse más y que las diversidades culturales sean motivo de contraposiciones insanables. La imagen de la Torre de Babel también nos señala que es necesario preservarse de una «unidad» sólo aparente, en la que no cesan los egoísmos y las divisiones, porque los fundamentos de la sociedad no son estables. En ambos casos, Babel es la imagen de lo que los pueblos y los individuos pueden llegar a ser cuando no reconocen su intrínseca dignidad trascendente y su fraternidad.
El espíritu de Babel es la antítesis del Espíritu de Pentecostés (Hechos 2, 1-12), del designio de Dios para toda la humanidad, es decir, la unidad en la diversidad. Sólo un espíritu de concordia, que supere las divisiones y los conflictos, permitirá a la humanidad el ser auténticamente una única familia, hasta concebir un mundo nuevo con la constitución de una Autoridad pública mundial, al servicio del bien común.
[Traducción tomada de Radio Vaticana]
[©Libreria Editrice Vaticana]
http://www.zenit.org/article-40757?l=spanish
Comentario:

La exactitud con que se estan cumpliendo cada una de las etapas de las profecías hasta hoy nos asegura la certeza con que sobrevendrán los eventos del porvenir.

Pablo dice:"Conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos" Romanos 13:11





lunes, 24 de octubre de 2011

El Vaticano pide una Autoridad Pública Mundial que reforme el sistema financiero

Ciudad del Vaticano, 24 oct (EFE).- El Vaticano pidió hoy la reforma urgente del sistema financiero y la creación de una autoridad pública mundial que tenga poder y competencia universal y se atenga "a los principios de subsidiariedad y de solidaridad".
En el documento "Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional en la perspectiva de una autoridad pública con competencia universal", presentada hoy por el cardenal Peter Turkson, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, el Vaticano aboga por tasar las transacciones financieras.
También condiciona la recapitalización de los bancos con fondos públicos "a comportamientos virtuosos y con el objetivo de desarrollar la economía real".
La Santa Sede asegura que el liberalismo económico "sin reglas y sin controles" es una de las causas de la actual crisis económica y ha denunciado la existencia de mercados financieros fundamentalmente especulativos, dañinos para la economía real, especialmente para los países débiles".
En el texto, de 41 páginas, el Vaticano denuncia que la economía mundial está cada vez más dominada por el utilitarismo y el materialismo y caracterizada por una expansión excesiva del crédito y de burbujas especulativas que han generado crisis de solvencia y de confianza.
A este respecto, subraya que la actual crisis financiera ha puesto en evidencia comportamientos egoístas y de codicia colectiva y advierte que está en juego el bien común de la humanidad.
La crisis económica, agrega este documento, que se inspira en la encíclica de Benedicto XVI "Caritas in veritate" (Caridad en la verdad) de 2009, está causada por el utilitarismo, el individualismo y la tecnocracia, "tres ideologías que tienen un efecto devastador".
Y añade que la raíz de la crisis no solamente es de naturaleza económica y financiera, sino sobre todo de naturaleza moral.
"La economía necesita de ética para su correcto funcionamiento. Es necesario recuperar el primado del espíritu y de la ética y con ellos el primado de la política, responsable del bien común, sobre la economía y las finanzas", subraya el texto.
Sobre la Autoridad Pública Mundial, el documento señala que es necesaria debido a la creciente interdependencia entre los estados.
"Esa Autoridad supranacional debe ponerse en marcha de manera gradual con el objetivo de favorecer mercados libres y estables, disciplinados mediante un adecuado cuadro jurídico", señala el documento, que agrega que se trataría de "una autoridad planetaria que no puede ser impuesta por la fuerza, sino que debería ser expresión de un acuerdo libre y compartido".
Esta autoridad debería estar a disposición de los países miembros según el principio de subsidiariedad, ofreciendo su apoyo en el respeto de la libertad y de la responsabilidad de las personas y la comunidad.
El documento también incide en la necesidad de reformar el sistema monetario internacional y la creación de una organismo "que actúe como un Banco central mundial", que regule el flujo y el sistema de los intercambios monetarios.
Según el texto, el Fondo Monetario Internacional ha perdido su capacidad de garantizar la estabilidad de las finanzas mundiales.
Sobre las tasas a las transacciones financieras sugiere "alícuotas equitativas para contribuir a la creación de una reserva mundial, para sostener la economía de los países afectados por la crisis y el saneamiento de sus sistemas monetarios y financieros".
En el documento, el Vaticano señala también que la sociedad actual debe reconocer que con la globalización ha quedado superado el orden internacional surgido con la Paz de Westfalia de 1648, que marca el nacimiento de los estados modernos, y que esa transformación se tiene que hacer al precio de que los estados cedan de manera gradual y equilibrada una parte de sus atribuciones nacionales a una Autoridad Mundial.
"Hoy se ve como surrealista y anacrónico que un estado considere que puede conseguir de manera autárquica el bien de sus ciudadanos. La globalización está unificando a los pueblos, llevándolos hacia un nuevo 'estado de derecho' a nivel supranacional, hacia un nuevo modelo de sociedad internacional más cohesionada, respetuosa con la identidad de cada pueblo", señaló.
http://www.google.com/hostednews/epa/article/ALeqM5gWJjr6H7yT_YZEtPeazolkK1QUDA?docId=1637388

El Vaticano propone crear una Autoridad Política y un Banco Central Mundial

El Pontificio Consejo para 'Justicia y Paz' del Vaticano, presidido por el cardenal Peter Turkson, ha propuesto la creación de una Autoridad Política Mundial y un Banco Central Mundial para favorecer "mercados libres y estables, disciplinados por un cuadro jurídico adecuado" frente a la actual crisis económica y financiera.
Esta Autoridad, ha explicado el dicasterio vaticano,debería tener "un horizonte planetario" al servicio "del bien común", aunque ha precisado que esta autoridad "no puede ser impuesta por la fuerza, sino la expresión de un acuerdo libre y compartido" entre los países. "El ejercicio de una autoridad así tendrá que ser necesariamente super-partes", destaca la nota publicada por la Radio Vaticana.

Así, la Santa Sede ha subrayado que los gobiernos "no deberán servir incondicionalmente a la autoridad mundial" sino que, por el contrario, debe ser esta autoridad "la que se debe poner al servicio de todos los países miembros, según el principio de subsidiariedad".
El Vaticano ha recordado que el objetivo de esta autoridad será "crear mercados eficientes y eficaces para que no estén protegidos por políticas nacionales paternalistas" y promover "una equitativa distribución de la riqueza mundial" mediante "formas inéditas de solidaridad fiscal global".

No obstante, el Vaticano ha precisado que "todavía queda mucho camino por recorrer antes de crear una autoridad pública con competencia universal", aunque ha recordado que será necesaria "una previa práctica del multilateralismo". Según indica, la Organización de las Naciones Unidas sería la encargada de crear esta autoridad mundial.

BANCO CENTRAL MUNDIAL 

  Además, el dicasterio vaticano ha destacado que la economía "necesita de la ética para su correcto funcionamiento" y recuperar también "el primado de lo espiritual y la ética", así como "medidas de tasación de las transacciones financieras, mediante cuotas equitativas" para contribuir "a la constitución de una reserva mundial y sostener las economías de los países golpeadas por la crisis".

Por ello, el Vaticano ha pedido que se proceda a la reforma "del sistema monetario internacional" para dar vida "a una forma de control monetario global" y ha subrayado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) "ha perdido su capacidad de garantizar la estabilidad financiera global".
Así, la Santa Sede ha precisado que es necesario un organismo que desarrolle las funciones de "un banco central mundial que regule el sistema de los cambios monetarios" y regule las actividades "bancarias y financieras".

Según explica la nota del dicasterio, la comunidad internacional debe crear un cuerpo legislativo "mínimo y compartido de reglas" para gestionar "el mercado financiero global".

http://www.cope.es/economia/24-10-11--el-vaticano-propone-crear-una-autoridad-politica-y-un-banco-central-mundial-263781-1

Parte de la Encíclica "Caritas in Veritate"
CAPÍTULO QUINTO
67. Ante el imparable aumento de la interdependencia mundial, y también en presencia de una recesión de alcance global, se siente mucho la urgencia de la reforma tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones. Y se siente la urgencia de encontrar formas innovadoras para poner en práctica el principio de la responsabilidad de proteger[146] y dar también una voz eficaz en las decisiones comunes a las naciones más pobres. Esto aparece necesario precisamente con vistas a un ordenamiento político, jurídico y económico que incremente y oriente la colaboración internacional hacia el desarrollo solidario de todos los pueblos. Para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios, urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial, como fue ya esbozada por mi Predecesor, el Beato Juan XXIII. Esta Autoridad deberá estar regulada por el derecho, atenerse de manera concreta a los principios de subsidiaridad y de solidaridad, estar ordenada a la realización del bien común[147], comprometerse en la realización de un auténtico desarrollo humano integral inspirado en los valores de la caridad en la verdad. Dicha Autoridad, además, deberá estar reconocida por todos, gozar de poder efectivo para garantizar a cada uno la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos[148]. Obviamente, debe tener la facultad de hacer respetar sus propias decisiones a las diversas partes, así como las medidas de coordinación adoptadas en los diferentes foros internacionales. En efecto, cuando esto falta, el derecho internacional, no obstante los grandes progresos alcanzados en los diversos campos, correría el riesgo de estar condicionado por los equilibrios de poder entre los más fuertes. El desarrollo integral de los pueblos y la colaboración internacional exigen el establecimiento de un grado superior de ordenamiento internacional de tipo subsidiario para el gobierno de la globalización[149], que se lleve a cabo finalmente un orden social conforme al orden moral, así como esa relación entre esfera moral y social, entre política y mundo económico y civil, ya previsto en el Estatuto de las Naciones Unidas.
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate_sp.html


Comentario:

Los acontecimientos que están desarrollándose actualmente, se ve un rápido avance hacia el cumplimiento de dichas predicciones.
LLegó la hora de que el papado recobre en su totalidad la Autoridad Mundial hoy lo pide después de que el mundo fué llevado a una crisis total, todos los gobiernos le entregarán su poder económico y moral.
"Todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida" Apocalipsis 13:8
El Nuevo Orden Mundial está aquí y quien si nó el papa para gobernar el Mundo .
El acercamiento del catolicismo a la mayoría de las religiones del mundo en los últimos años han abierto el camino.La autoridad total del papado será atribuída por la institución del domingo como día de descanso, de momento las leyes han avanzado en EEUU y Europa por el descanso dominical.
Al final de la lucha, toda cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías; los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y la de los que adoran la bestia y su imagen y reciben su marca. De que lado estás? Es hora de reflexionar y de despertar el domingo está aquí los sucesos del fín vendrán uno tras otro.
Jesús está a las puertas....Maranata ....Velad y Orad.




viernes, 21 de octubre de 2011

El Cuarto Hombre en el Fuego I- Walter Vieth

El Prof. Walter Veith recubre algunos aspectos de la historia de la Reforma Protestante. Nos lleva a través de la reacción de la Iglesia Medieval a esa Reforma (la Contrarreforma) y después habla de como las iglesias Protestantes de hoy en día tienen una fe diferente a la de sus fundadores.
Esta serie permite comparar la historia del gran despertar religioso de la Reforma Protestante y la realidad tibia de hoy en día... y a donde todo esto va a llevar al mundo.
Esta serie es la primera vez que se traduce al español y va a ser de mucho interés, tanto para el que se interesa de noticias actuales, como para el estudiante de profecía.


martes, 18 de octubre de 2011

Harold Camping profetiza fin del mundo el 21 de octubre

De acuerdo a Harlod Camping, fundador de la Red Family Radio, el verdadero fin del mundo está por suceder este próximo 21 de octubre y en esta ocasión sí que se cumplirá su predicción.
¿Quién no recuerda la frustrada predicción de Camping del pasado 21 de mayo que aseguraba el final del mundo comenzaría con un gran terremoto y un rapto, que causó pánico en muchas personas y risa en otras?
File:Judgment Bus New Orleans 2011.jpgPues bien, Camping y sus seguidores están de regreso y aunque en esta ocasión no hay grandes carteles anunciando el fin del mundo como sucedió en Nueva York, estas personas han estado "de gira" por diferentes ciudades de Estados Unidos proclamando que ahora sí, nuestro mundo acabará.
De acuerdo a estas personas el 21 de mayo comenzó el final de los tiempos con la advertencia de que ha de concluirse este próximo viernes 21 de octubre.
En estos cinco meses, todos los habitantes del mundo, excepto los elegidos y verdaderos creyentes, están enfrentando el juicio final, y para que Dios pueda cumplir su meta, mostrará el camino a los verdaderos creyentes con dos frases, las cuales por el momento no han sido reveladas.
Por lo pronto, el mundo, tal y como lo conocemos, será destruido y los elegidos serán "raptados" para salvarse. De acuerdo a Camping, sólo Dios sabe quiénes son sus "elegidos".
Después del fallido fin del mundo del 21 de mayo, Camping cumplió 90 años y tuvo un ataque que lo dejó prácticamente sin habla, sin embargo, sus "profecías" siguen adelante y de acuerdo a él, este 21 de octubre todo acabará.
Aunque se pudiera pensar que nadie hiciera caso a esta nueva advertencia sobre el fin de los tiempos, este movimiento sigue teniendo miles de adeptos los cuales son fieles seguidores de este líder religioso y están seguros de que este próximo viernes 21 de octubre, todo habrá terminado, y ellos, los elegidos formarán parte del rapto que los llevará a la salvación.
Y como ha pasado en sus predicciones anteriores, al día siguiente de este supuesto "fin del mundo", Camping y sus seguidores volverán a ser el hazmerreir mundial.
Foto: WikimediaCommons
http://www.impre.com/la-gente-dice/viewArticle.action?articleId=281474978887543


Marcos 13:26
Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes con gran poder y gloria.

Marcos 13:32
Pero acerca de aquel día o de la hora, nadie sabe; ni siquiera los ángeles en el cielo, ni aun el Hijo, sino sólo el Padre.

Marcos 13:33
Mirad y velad, porque no sabéis cuándo será el tiempo.

La Biblia es clara nadie sabe el día ni la hora, no nos dejemos engañar por Falsos Profetas.




sábado, 15 de octubre de 2011

El Gran chasco de Cristian Silva

"Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?;
si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él". Deuteronomio 15:21,22







La palabra de Cristian Silva no se ha cumplido y ahora que argumentos tendrá para sus adeptos? No es la primera vez que se equivoca y continúa engañando y aún hay quien le cree .

La iglesia Adventista del 7º Día está siendo zarandeada por este movimiento (La verdad eterna), los que apostaten se convertirán en el peor enemigo de la verdad y del pueblo de Dios.

"Si alguno no está anclado en ningún lugar, son como arena movediza, se deslizan hacia cualquier posición para acomodar el contenido de sus sentimientos de amargura. "TM 112 1897

"No habiendo recibido el amor de verdad, serán engañados por el enemigo; prestarán atención a espíritus seductores y a doctrinas de demonios, y se apartarán de la fe." 6T 401 1900

Tema Relacionado:
http://mensajetresangeles.blogspot.com/2011/09/la-verdad-eterna-dice-que-cristo.html


Ptr.Esteban Bohr hace referencia en un sermón sobre la fecha de la segunda venida de Cristo.

viernes, 14 de octubre de 2011

"Unidos por un cambio global" 15 O


Miles de ciudadanos de 600 ciudades de todo el mundo saldrán a las calles para exigir cambios reales que nos lleven a salir de la crisis económica en que vivimos.
El movimiento 15M ha convocado para este sábado día 15 de octubre, una manifestación a nivel mundial a la que han respondido más de 600 ciudades de todo el mundo, desde Australia hasta Estados Unidos, pasando por otras tantas ciudades asiáticas y europeas, juntos bajo el lema "Unidos por un cambio global".
En España hay convocadas manifestaciones en unas 60 ciudades, teniendo como punto de referencia la de Madrid, que, como ya pasara con la manifestación del 19 de junio, partirá por columnas desde los diferentes puntos cardinales de Madrid y se reunirán para avanzar juntas desde la Plaza de Cibeles hasta la Puerta del Sol, el que fuera centro neurálgico del movimiento.
La opresión, la poca participación ciudadana, el hecho de que se esté rescatando a los bancos y no a las personas, los recortes en servicios públicos, etc., son sólo algunas de las razones por las que el 15M junto con otras muchas organizaciones han querido instar a los ciudadanos a salir a las calles en protesta por la situación por la que atravesamos.
"Ha llegado el momento de unirnos todos en una protesta no violenta a escala global. Los poderes establecidos actúan en beneficio de unos pocos, desoyendo la voluntad de la gran mayoría, sin importarles los costes humanos o ecológicos que tengamos que pagar. Hay que poner fin a esta intolerable situación. Unidos en una sola voz, haremos saber a los políticos, y a las élites financieras a las que sirven, que ahora somos nosotros, la gente, quienes decidiremos nuestro futuro. No somos mercancía en manos de políticos y banqueros que no nos representan", declara una integrante de Democracia Real Ya al diario La Información.
"Ésta no es tan sólo una crisis económica, sino también una crisis de la clase política actual que culmina en la ruptura del pacto social, fundamento de las democracias basadas en la soberanía popular", se queja el 15M en un comunicado por el cual anima a todos los ciudadanos a que se manifiesten pacíficamente, sin logos ni banderas, el 15 de octubre, desde cualquier punto del mundo hacia un mismo objetivo: el cambio global.
http://www.ticpymes.es/Noticias/General/201110140012/Juntos-por-un-cambio-global.aspx

Comentario:

"El estado actual de las cosas muestra que tiempos de perturbación están por caer sobre nosotros. Los diarios están llenos de alusiones referentes a algún formidable conflicto que debe estallar dentro de poco. Son siempre más frecuentes los audaces atentados contra la propiedad. Las huelgas se han vuelto asunto común.
Los robos los homicidios se multiplican. Hombres dominados por espíritus de demonios quitan la vida a hombres, mujeres y niños.
El espíritu de Dios se está retirando de la tierra, y una calamidad sigue a otra por tierra y mar."

Maranata el Señor viene.Pág 33

Satanás trabaja laboriosamente en nuestras ciudades populosas. El resultado de su trabajo se advierte en la confusión reinante, en las luchas y las discordias entre las fuerzas trabajadoras y el capital... Los impíos están siendo atados en manojos, atados en consorcios comerciales, en sindicatos o uniones, en confederaciones. No tengamos nada que ver con estas organizaciones.
Dios es nuestro soberano, nuestro Gobernante, y nos llama a que salgamos del mundo y estemos separados. " Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor.Y no toquéis lo inmundo"(2Cor 6:17)
Eventos de los Últimos días .Pág 119


miércoles, 12 de octubre de 2011

El matiz ecuménico de la visita del Papa a Alemania


En los cuatro días de visita del Papa a la patria de la Reforma Protestante, entre los eventos más esperados se coloca el encuentro con los representantes de la Iglesia Evangélica alemana en el ex Convento agustiniano de Erfurt, donde vivió Martín Lutero. El viaje estará marcado por un fuerte matiz ecuménico tal como lo afirmó el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la Unidad de los Cristianos, quien en una reciente entrevista puntualizó que “el viaje en Alemania tiene este acento ecuménico que se desprende de la visita al lugar donde Lutero vivió como monje agustino y donde encontrará a los representantes del Consejo de la Iglesia evangélica alemana y participará en una celebración litúrgica ecuménica. Además de que las relaciones entre la Iglesia católica y la luterana son buenas”. Sobre los principales desafíos para el diálogo el Cardenal Kurt Koch añadió: RealAudioMP3 “Creo que hoy sea necesario que con todas las Iglesias nacidas de la Reforma, nos interroguemos sobre la esencia de la Iglesia. En 1999, en Augusta, hemos firmado juntos la Declaración conjunta sobre la Doctrina de la justificación. Ahora, como está escrito en aquella Declaración, creo que haya llegado el momento de afrontar las cuestiones eclesiológicas, a saber: cuál es la esencia de la Iglesia, ¿la naturaleza de la Iglesia? Creo que estos sean los puntos sobre los cuales ahora debe ser conducido el diálogo”.
Al ser cuestionado sobre los frutos que el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos se auspicia obtener del viaje de Benedicto XVI, el purpurado alemán ha indicado su convicción de que el Sucesor de Pedro reforzará el ecumenismo: RealAudioMP3 “Creo que seguramente el Santo Padre reforzará el ecumenismo. Tiene interés sobre todo en que el ecumenismo reencuentre sus raíces espirituales porque es una tarea que nos ha sido confiada por el Señor cuando en la oración sacerdotal ha pedido que todos sus discípulos sean ‘una cosa sola’. En este sentido, no tenemos alternativas al ecumenismo: es una tarea que el Señor nos ha confiado y esto es aquello que el Papa colocará en primer plano.”
P. JÁUREGUI - RV

http://www.oecumene.radiovaticana.org/spa/Articolo.asp?c=522075


Comentario:

Martín Lutero temía que esta gran verdad sería descuidada:

Parece que cuando Lutero hizo un bosquejo de los acontecimientos futuros del mundo, predominó en su corazón el temor de que la doctrina de la justificación por la fe, que para él era tan preciosa, y por lo cual se realizó gran reforma, se perdería de vista.
" Si se pierde alguna vez el artículo de la justificación, entonces se habrá perdido toda verdadera doctrina cristiana... Entonces aquel que se aparta de esta ' justicia cristiana' adoptará necesariamente la 'justicia por la ley', esto quiere decir que, si perdió a Cristo, tendrá que confiar en sus propias obras".
"Si nosotros descuidamos el artículo de la justificación, perderemos todo conjuntamente. Por eso es lo más necesario encaminar y sobre todas las cosas enseñar y repetir continuamente este artículo".
"Si, a pesar de que lo enseñamos y lo interpretamos bien, no hay hasta ahora ninguno que lo haya abarcado plenamente o que lo crea de todo corazón...Por eso temo que esta doctrina será descuidada y caerá nuevamente en la oscuridad cuando nosotros hayamos muerto, pues el mundo estará lleno de terribles tinieblas y errores, antes de que venga el día final"*
(Lutero a los Gálatas 136,148,149,402)
Dios llamó a Lutero de la oscuridad de la media noche del siglo XVI, y puso en sus manos la antorcha de la verdad.

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