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jueves, 3 de junio de 2010

Un Papa en Chipre por primera vez en la historia

Viaje del Papa a Chipre

Del 4 al 6 de junio, viaje apostólico de Benedicto XVI
Será la primera vez que un romano pontífice visita Chipre y la primera que Benedicto XVI llega a un país de mayoría ortodoxa. Del 4 al 6 de junio el Santo Padre confirmará en la fe a la reducidísima comunidad católica local, impulsará el diálogo ecuménico, hará público el Instrumento de Trabajo del sínodo de los obispos de Oriente Medio y, sobre todo, lanzará un llamamiento a la paz desde la isla mediterránea, esencial como puente entre continentes, culturas y religiones.

Además de la Iglesia local, el Papa recibió –en marzo de 2009- la invitación a visitar Chipre de parte del presidente de la República, Demetris Christofias, y del arzobispo ortodoxo chipriota Chrysostomos II, al frente de la Iglesia -autocéfala- de la isla, gran promotor del ecumenismo y en excelentes relaciones con el Patriarcado ortodoxo de Moscú. De hecho, el arzobispo Chrysostomos II ha recibido la cálida acogida de Benedicto XVI tres veces en el Vaticano; su última visita, en junio de 2007, se desenvolvió con gran solemnidad, e invitó al pontífice con las palabras: “Le queremos junto a nosotros”.

Este mediodía, el director de la Oficina de Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, ha trazado ante la prensa acreditada los detalles del 16º viaje internacional de Benedicto XVI, itinerario que sigue la estela del precedente viaje a Malta, tras las huellas del apóstol san Pablo, cuya etapa primera en su periplo evangelizador fue chipriota.

El momento central del viaje apostólico a Chipre será el domingo 6 de junio: en la Eucaristía que presidirá en Nicosia, Benedicto XVI hará entrega del Instrumento de trabajo del sínodo de los obispos de Oriente Medio, importantísima cita que acogerá el Vaticano del 10 al 24 de octubre. Patriarcas y obispos católicos de Oriente Medio participarán en la santa misa; cada miembro del consejo pre-sinodal recibirá el documento de manos del Papa y, con la enorme cordialidad que preside las relaciones con el arzobispo ortodoxo, Chrysostomos estará presente en la celebración.

El logo de este viaje de Benedicto XVI, la barca de Pedro con los colores pontificios y la cruz y el mapa de Chipre en la vela; el lema “Un corazón, un alma”, en referencia a la cita bíblica elegida para el próximo sínodo.

La bendición de un olivo será el significativo gesto de paz que abrirá y concluirá el viaje del Papa a Chipre, primero a su llegada al aeropuerto de Paphos -en la ceremonia oficial de bienvenida-; finalmente, en la ceremonia de despedida, en el aeropuerto de Larnaca.

Tres jornadas intensas que, como ha afirmado el padre Lombardi, trascurrirán con una acogida de marcada cordialidad, en un ambiente de paz y diálogo ecuménico. Aclara igualmente que el suceso -“muy triste y preocupante”- del ataque israelí a la flotilla rumbo a Gaza no provocará cambios en el programa papal en Chipre.

Benedicto XVI se alojará en la nunciatura de Nicosia, exactamente en la zona -bajo control de la ONU- entre la República greco-chipriota y los territorios septentrionales ocupados por tropas turcas desde 1974 -un tercio de la isla, autoproclamada república jamás reconocida por la comunidad internacional–.

El primer acto del Papa, recién llegado a Chipre, será la celebración ecuménica en la iglesia de Agia Kiriaki Chrysopolitissa. Tras el saludo del arzobispo ortodoxo, se leerá el relato del primer viaje de Bernabé y Pablo a Chipre (Hechos de los Apóstoles, 13,1-12), clave de lectura de todo el viaje. Nicosia será su destino al final de la tarde, a 170 kilómetros.

El sábado la agenda de Benedicto XVI inicia con la visita al presidente de la República en el palacio presidencial. En la misma sede, tendrá el encuentro con las autoridades civiles y el cuerpo diplomático. Con la comunidad católica chipriota -maronita, armenia y latina- el Papa se reunirá a continuación -en la escuela de St. Maron- (la cifra total de católicos en Chipre no supera los 20.000 fieles). En la misma mañana, realizará su visita de cortesía al arzobispo ortodoxo de Chipre Chrysostomos II en el arzobispado y visitará la catedral, el riquísimo museo de iconos y el histórico apartamento del arzobispo Makarios III –quien también presidió la República de Chipre-. A primera hora de la tarde, el Santo Padre presidirá la Eucaristía en la iglesia de la Santa Cruz de Nicosia con la participación de sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos, catequistas y movimientos eclesiales.

El domingo, después de la celebración de la Santa Misa -como se apuntó antes- y del rezo del Ángelus, Benedicto XVI almorzará en la nunciatura con los patriarcas y obispos del sínodo para Oriente Medio, con Chrysostomos II y los miembros del séquito papal. Por la tarde, visitará la catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias, en Nicosia; será un momento de encuentro especial con esta comunidad católica que, como subrayó el padre Lombardi, sufre mucho por su exilio del norte del la isla, ocupado. En esta catedral, única católica en Chipre, el arzobispo maronita en la isla -monseñor Josef Soueif- pronunciará un saludo; después de las palabras del Papa, el Patriarca maronita -cardenal Nasrallah Sfeir- pronunciará la “oración del perdón” según la liturgia siria. Será el último momento entre los fieles chipriotas. Desde allí, traslado al aeropuerto, regreso al de Roma-Ciampino y desplazamiento al Vaticano.

Al menos nueve discursos públicos pronunciará Benedicto XVI en estos casi tres días del 129º de los viajes pontificios fuera de Italia en la época contemporánea. El idioma oficial, inglés, a excepción de la homilía del domingo, en la que el Papa hablará también en francés (otra lengua oficial del sínodo de los obispos de Oriente Medio, junto al italiano y al árabe).

Ciertamente el destino chipriota es zona de conflictos y tensiones que bien conoce el Papa, según recalcó el padre Lombardi: Lanzará un mensaje de paz; habrá una “invitación a la paz para todos”.

El director de la Oficina de Información de la Santa Sede también apunta la posibilidad de algún tipo de encuentro o presencia de representantes musulmanes durante este viaje apostólico, sin confirmarlo aún.

Después de Turquía, Jordania, Israel y los Territorios Palestinos, y más recientemente Malta, Benedicto XVI vuelve a dirigirse a Oriente. Lo hace con su permanente solicitud pastoral. Y en tres días, de nuevo, con sus huellas como sucesor de Pedro.

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