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sábado, 26 de junio de 2010

Los Estados Unidos en la profecía. Ptr. Stephen Borh

"Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombre. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada y vivió."
Apocalipsis 13: 11-14

"La bestia con cuernos semejantes a los de un cordero "subía de la tierra". La nación así representada debe subir en territorio hasta entonces desocupado, y crecer gradualmente y pacíficamente. No podía, pues subir entre las naciones populares y belicosas del viejo mundo, ese mar turbulento de "pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas". Hay que buscarla en el continente occidental.
¿Cuál era en 1798 la nación del nuevo mundo cuyo poder estuviera entonces desarrollándose, de modo que se anunciara como nación fuerte y grande, capaz de llamar la atención del mundo?
La aplicación del símbolo no admite duda alguna. Una nación, y sólo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía; no hay duda de que se trata aquí de los Estados Unidos de Norteamérica.
Los cuernos semejantes a los de un cordero representan Juventud, inocencia, mansedumbre, rasgos del carácter de los Estados Unidos.
Entre los primeros expatriados cristianos que huyeron a América en busca de asilo contra la opresión real y la intolerancia sacerdotal, hubo muchos que resolvieron establecer un gobierno sobre el amplio fundamento de la Libertad Civil y Religiosa.
Sus convicciones hallaron cabida en la declaración de la independencia que hace resaltar la gran verdad de que "todos los hombres son creados iguales" y poseen derechos inalienables a la "vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad". Y la Constitución garantiza al pueblo el derecho de gobernante a sí mismo, y establece que los representantes elegidos por el voto popular promulguen leyes y las hagan cumplir. Además fue otorgada la libertad religiosa, y a cada cual se le permitió adorar a Dios según los dictados de su conciencia. El Republicanismo y el Protestantismo vinieron a ser los principios fundamentales de la nación. Estos principios son el secreto de su poder y de su prosperidad. Los oprimidos y pisoteados de toda la cristiandad se han dirigido a este país con afán y esperanza. CS, Capítulo 26
En los siguientes vídeos presentados por el Ptr. Stephen Borh nos explica esta profecía.





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