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jueves, 4 de marzo de 2010

Panel Ecuménico e Interreligioso sobre el rol de la mujer en la familia



Mar del Plata - En el marco de los festejos por el Día Internacional de la Mujer, organizado por el Obispado de Mar del Plata, la Pastoral de la Mujer y la Comisión para el Ecumenismo y el diálogo interreligioso, se realizará un panel sobre “El rol de la mujer en la familia”. El mismo será el próximo viernes 5 a las 19, en las instalaciones del CEDIER, sito en Pasaje Catedral 1750.

El panel, con carácter ecuménico e interreligioso estará conformado por representantes de la Primera Iglesia Evangélica Bautista, la Iglesia Evangélica Luterana Argentina, la Iglesia Cristiana Bíblica, la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la Iglesia Católica, el Movimiento Cristiano y Misionero, la Iglesia Evangélica Metodista, la Iglesia Reformada Argentina, la Sociedad Unión Israelita Marplatense y el Centro Islámico Marplatense.
Asimismo se ha propuesto un acto solidario, que consiste en pedir lápices de colores, libros para colorear y pañales para la obra de la “Liga de Damas Luteranas, llamadas a Servir”. Además habrá un acto cultural con la presentación de la Escuela de Violín Washington Castro.
Para culminar los festejos, el lunes 8 a las 20, el Obispo de Mar del Plata, Monseñor Juan Alberto Puiggari presidirá la misa en la Iglesia Catedral; rezando especialmente en el día de la mujer.

Fuente

COMENTARIO

DTG, EGW, pag 776

La iglesia en su propia esfera, es de ordenación divina, el cuerpo de Cristo, el templo de Dios, la plenitud de Aquel que hinche todas las cosas en todos, y deriva su poder, su autoridad su dirección, de Cristo, su cabeza. Como todos los afectos e intimidades de la esposa deben reservarse para el esposo solo, de entre todos los hombres, así también debe relacionarse la iglesia, con Cristo.

Ella ha de guardarse para él, como casta y virgen para siempre. Ninguna alianza, cortejo, ni vínculos, ni acuerdos, ni compromisos, pueden existir entre ella y las potestades de la tierra.

Si ella ha de permanecer fiel, fuerte y elevadora, debe ser leal a Cristo solo.

Su propósito en la tierra es llevar las almas a la perfecta y divina unión con Cristo que ella misma posee.

No puede hacerlo si traiciona la verdad, o renuncia a su pureza.



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