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viernes, 9 de mayo de 2008

05-Obeliscos, templos y torres (3/3)

Actualmente la mayoría de los templos valiosos que han sido construidos a través de los siglos, destacan una torre. Y preguntamos, ¿Por qué? La mayoría de las iglesias católicas romanas tienen una torre. ¿Por qué? ¿Por qué las iglesias protestantes, en su mayoría, siguen este ejemplo de destacar una torre en conexión con sus templos de adoración? Cada generación de constructores a copiado a la generación anterior sin siquiera investigar sobre el origen de esta idea.

Algunas torres eclesiásticas han constado fortunas al construirse. Los millones dólares que se han invertido en estas torres hubieran podido ser usados en la propagación del Evangelio o en ayudar a los necesitados. Parece obvio que el único motivo de construir tales torres es el de lucirlas. Claro esta que la Biblia no nos enseña a construir dichas torres. Nuestro Señor nunca construyó esta clase de estructuras cuando estuvo en la tierra, ni tampoco instruyó a sus discípulos de esta manera cuando regresó con su Padre. Entonces, ¿cómo comenzó esta tradición de torres arquitectónicas?

Todos estamos familiarizados con la gran torre de Babel y sabemos de cómo Dios se enojó en contra de ellos. Hemos también notado como se expandieron otras ideas desde Babilonia. ¿Podría ser este el origen de construir una torre en relación con los templos religiosos? Durante los primeros días de Babilonia el pueblo dijo: «Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo» (Génesis 11: 4). Sin duda alguna que la expresión “que llegue al cielo” fue para indicar gran altura. Esta misma expresión la encontramos en Deuteronomio 1: 28, que menciona grandes ciudades cuyas murallas se levantan “hasta el cielo”. De igual forma, la torre de Babel fue planeada para que tuviese gran altura. Pero no debemos suponer que estas construcciones de Babel eran con el fin de elevarse hasta el cielo, donde está el Trono de Dios. No, su deseo no era estar ante la presencia de Dios. Al contrario, hay suficientes evidencias que indican que la torre estaba relaciona con su religión, con su culto al sol.

Los historiadores se refieren a Babel como un Ziggurat (una torre con pequeña pirámides que van indicando diferentes historias). De todos los majestuosos monumentos de Babilonia, la grandiosa torre de Ziggurat fue sin duda alguna una de las construcciones más espectaculares de su era, elevándose majestuosamente sobre su gran muralla de miles de torres. Alrededor de la vasta plaza se separaban recámaras para los viajeros y también para los sacerdotes que vigilaban el Ziggurat. Koldewey llamó a esta colección de estructuras “el Vaticano de Babilonia”.[12] Aunque Babilonia era conocida por su grandiosa torre del pasado, también tenía otras numerosas torres por las cuales también se la conocía.

Se cree que uno de los significados del nombre de la diosa Astarté (Semiramis), escrito como Asht-Tart, quiere decir “la mujer que edificaba torres”.[13] La diosa Cibeles (quien también ha sido identificada como Semiramis), era conocida como la diosa portadora de torres. La primera (dice Ovid) que edificó torres y ciudades y por lo cual fue representada con una corona en forma de torre sobre su cabeza, como también lo fue Diana. En el simbolismo de la Iglesia Católica, La torre es un emblema de la Virgen María.[14] Encontramos entonces una conexión definitiva dentro de la adoración a la diosa-madre y las torres de la religión babilónica.

Algunas de las antiguas torres fueron construidas por motivos militares, torres de guardia, pero la mayoría de las torres construidas en el imperio babilónico fueron exclusivamente religiosas y asociadas con el culto al sol y unidas al templo. En aquellos días, un extranjero que entraba a la ciudad de Babilonia no tenía dificultad alguna en localizar el templo, pues según se dice, encima de las casas de techos planos “podía verse la torre con claridad”. Cada población del Imperio babilónico tenía su templo y éste su torre.[15] Ya hemos visto cómo un cierto número de ideas se originaron en Babilonia fue también la cuna de las torres religiosas. Es aún más probable cuando consideramos que fue durante la edificación de la gran torre de Babel que comenzó la divulgación a través de la emigración de los hombres, sobre la faz de la tierra, que llevaron consigo la idea de la torre. Y a pesar de que al paso de los años estas torres religiosas se han desarrollado de diferentes formas y en distintos países, las torres continúan de una o de otra manera Notemos cómo son usadas las torres por las diferentes religiones del mundo:

Las torres han sido parte de las religiones de los chinos por mucho tiempo. La ilustración acompañante indica una de las muchas pagodas (el derivado de este nombre es “diosa”). En cuanto a las torres usadas por la religión hindú, leemos: «desplazadas sobre grandes templos, hay grandiosas pagodas o torres... elevándose altamente sobre los alrededores, en todo sitio podían ser vistas por el pueblo y de tal manera, su devoción a su culto idólatra aumentaba... Un gran número de estas pagodas tienen cientos de pies de altura y están cubiertas de esculturas que representan escenas de la vida de los dioses del templo o de eminentes santos».[16]

Entre los musulmanes, también, aunque en forma un poco diferente, se pueden ver las torres religiosas.

La ilustración indica numerosas torres llamadas minaretes en La Meca. Torres de este estilo fueron también usadas en la famosa iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla.

El uso de las torres también se llevó a cabo en el cristianismo católico y protestante. La torre de la gran catedral de Colina se eleva 515 pies sobre el nivel de la calle, mientras que la catedral protestante de Ulm, también en Alemania, mide cerca de 528 pies de altura. No solamente en grandiosas catedrales, sino aun en pequeñas capillas, está incluida en su diseño una torre de cualquier clase. Y la única razón por la que se hace esto es simplemente por tradición, una tradición nunca investigada.

En la cima de estas torres religiosas, una cúspide frecuentemente apunta al cielo. En realidad el ápice o capitel nos es tan familiar y se usa tan generalmente, que su origen nunca nos preocupa, es, simplemente, una forma modificada del obelisco del cual hablamos en la primera parte este capítulo. Cuantiosos escritores mencionan cómo el ápice o capitel originalmente no fue más que otra forma de obelisco, un símbolo del falo.[17] Actualmente, existen especimenes fantásticos de símbolos que fueron originalmente fálicos: cúspides en las iglesias y obeliscos..., todos mostrando la influencia de antepasados idólatras.[18]

Al final de la cúspide o capitel de las iglesias está situada, invariablemente, una cruz. Las costosas catedrales y edificios de los que hemos hablado en este capítulo están frecuentemente decorados con cruces en muchas formas. Encima del obelisco que se encuentra situado a la entrada de la catedral de San Pedro, en Roma, ha sido colocada una cruz para cristianizarlo. Pero la cruz, como imagen, un pedazo de madera, ¿es verdaderamente un símbolo cristiano? Esta es la pregunta que hemos de contestar en los siguientes capítulos.

Bibliografía:
[12]
Antiguos templos y ciudades.
[13]
Las dos babilonias, pág. 307.
[14]
Diccionario de símbolos, pág. 326
[15]
La grandeza de Babilonia, pág. 335.
[16]
Historia de los cultos del mundo, pág. 269.
[17]
Isis descubierta, pág. 5. Símbolos antiguos paganos y cristianos modernos, pág. 14.
[18]
Costumbres de la humanidad, pág. 55.

Continua o viene:
05-Obeliscos, templos y torres (1/3)
05-Obeliscos, templos y torres (2/3)
05-Obeliscos, templos y torres (3/3)

Artículos relacionados:
01-Babilonia: Cuna de falsas religiones.
02-Culto a la madre e hijo.
03-Culto María.
04-Santos, santoral y simbolismo.

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