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viernes, 14 de marzo de 2008

El Vaticano renueva la lista de pecados mortales para adaptarla al mundo globalizado

El director del penitenciario apostólico, "uno ofende a Dios cuando uno daña el medio ambiente, acumula excesivas riquezas o consume y trafica con drogas".

Fax Press, Ciudad del Vaticano | 11.03.2008

Los Diez Mandamientos y los Siete Pecados Capitales no son suficientes en los tiempos de la globalización. Monseñor Gianfranco Girotti, director del penitenciario apostólico -organismo que supervisa la confesión y las indulgencias plenarias de la Iglesia- aseguró que la vieja lista de pecados elaborada por el Papa Gregorio Magno en el siglo VI y popularizada por Dante en La Divina Comedia, no basta para describir los tiempos modernos.

"Uno no ofende a Dios solo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo, sino también cuando uno daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y manipulación genética, acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas, y ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social", afirmó Monseñor Girotti en una entrevista al órgano oficial del Vaticano, L'Osservatore Romano.

La nueva lista de Monseñor facilita un poco las cosas porque en vez del tortuoso examen de conciencia de la confesión y la sinceridad del arrepentimiento de antaño, basta con consultar la revista Forbes para encontrar quiénes van a poblar el infierno.

De acuerdo con el ranking de super millonarios publicado a principios de marzo por la revista, se puede anticipar que los primeros candidatos serían el inversor Warren Buffet, campeón indiscutible en el rubro de las fortunas obscenas, el mexicano Carlos Slim, número dos, y el conocido Bill Gates.

Con el pecado mortal de la contaminación ambiental habría que deslindar responsabilidades o directamente enviar al infierno a la mayoría de los estadounidenses, los grandes contaminadores del planeta, y también a los chinos, que si siguen así no se salvan de las llamas.

Y los científicos dedicados a la manipulación genética, irán derechos al infierno.

Los narcotraficantes nunca se hicieron ilusiones respecto a su destino, pero el caso de los drogadictos parece más complejo: ¿Sería justo que terminaran en el infierno después de haberlo vivido ya en la tierra? ¿No deberían tener una conmutación de la pena?

En 1999 el entonces papa Juan Pablo segundo aclaró que el infierno no era un lugar sino una situación: el alejamiento de Dios. El año pasado, el actual papa Benedicto XVI dijo que el infierno existe. Y, según los pronósticos, en estos tiempos de la globalización estará pronto a rebosar.

Fuente: Diario de Sevilla.
Recomendaciones: Los Diez Mandamientos, Siete pecados capitales, Juan Pablo II: El infierno no es un lugar sino una situación, Benedicto XVI: El infierno existe.


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